Describir el perfil de cuidador.

Conocer la percepción de soporte funcional.

Mejorar la sobrecarga y sentimiento de soledad.

Valorar grado de satisfacción.

Programa de participación comunitaria en el ámbito socio-asistencial y sanitario que surge de la necesidad de continuidad asistencial para cuidadores de personas dependientes formados en grupos previos. Se crea de modo pionero en nuestra área de influencia, un grupo de soporte para un colectivo cada vez en aumento y con poca visibilidad dentro de la comunidad.

La experiencia se llevó a cabo con cuidadores atendidos en un centro de atención primaria de zona urbana realizando 20 sesiones entre Noviembre 2018 y Junio 2019. Los talleres se ejecutaron en el centro de atención primaria cada quince días y con duración de 90 minutos. Mediante dinámicas de grupo con diálogo y gestión de conflictos, se abordaron las dificultades y limitaciones existentes en el cuidado y acompañamiento de una persona dependiente.

Se realizó una valoración del perfil cuidador mediante las escalas validadas autoadministradas: DUKE-UNC, Zarit y UCLA. Confirmando una mayoría mujer, mayor de 70 años y cuidador principal de la pareja. El 50% demostró sobrecarga y un 42% percibe  soledad así como, un 75% refiere bajo soporte funcional.

Los profesionales conductores de la actividad grupal fueron una enfermera de atención domiciliaria del centro de salud y una trabajadora social del centro de servicios sociales de la misma zona urbana.

Según revisión bibliográfica, se confirma un perfil del cuidador mayoritariamente femenino.

Se evidencia la necesidad de potenciar los activos en salud de la comunidad.

La detección de sobrecarga y soledad mejora nuestra intervención como profesionales sociosanitarios.

Programa reproducible en otras áreas urbanas por su coste-eficiencia a nivel de recursos materiales y profesionales.