Acude Jesús, hombre de 41 años, por dolor costal izquierdo de dos semanas de evolución, tos con aumento de expectoración en los últimos días y sensación febril.

Enfoque individual

Como antecedentes personales destaca:

• Sospecha de varias alergias medicamentosas, no acudió a sus citas con Alergología.
• Fractura metafisaria y de troquiter por caída accidental en bicicleta.
• Intervenciones quirúrgicas: amigdalectomía.
• Hábitos tóxicos: fumador 10 paq/año y fumador de cannabis. Niega consumo de otras drogas.

Observamos extrema delgadez del paciente. En la exploración destaca a la AR murmullo vesicular disminuido en hemitórax izquierdo hasta campo medio.

Recomendamos acudir al servicio de urgencias para descartar patología urgente, se realiza radiografía de tórax que informa de derrame pleural izquierdo moderado, se produce su ingreso en Servicio de Neumología.

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Se realiza TC torácico que sugiere timoma con signos de agresividad pero es necesario la realización de biopsia mediante broncoscopia y PET-TC para estudio de extensión.

Jesús decide no continuar el estudio solicitando el alta voluntaria. En consulta nos refiere que durante su ingreso no  ha sentido acompañamiento por los profesionales de la salud, no ha podido compartir sus inquietudes y además está seguro de que si realiza un tratamiento «natural» podrá llegar a la curación de su proceso.

Tratamiento y planes de actuación

Llevamos a cabo una deliberación en la propia consulta con el paciente.

Evolución

Finalmente decide realizarse las pruebas precisas para establecer un diagnóstico tal como le habían recomendado los compañeros.

El manejo de situaciones complejas forma parte del día a día de la medicina familiar, esta complejidad no viene dada exclusivamente por la enfermedad, sino también por el paciente y su contexto, su experiencia, que es única e irrepetible.

Somos la puerta de entrada al sistema sanitario más accesible y debemos manejar estas situaciones complejas, resolviendo las diferentes dudas, conflictos e intereses de nuestros pacientes, guiarles en su procesos, promoviendo su participación y comprendiendo su contexto vital y los enfoques del paciente debido a ese contexto vital.

La comunicación tiene que ser bidireccional y debe ir encaminada a una orientación y acompañamiento durante el proceso que sufre el paciente.