Representar visualmente la continuidad asistencial como núcleo del trabajo del médico de familia, a través de escenas clínicas reales que muestran el acompañamiento a lo largo del tiempo, más allá del episodio aislado.

Se presenta una imagen dividida en tres paneles que representa el recorrido longitudinal del médico de familia:

1. Cuando llegas: una primera consulta, con una paciente que acude con síntomas inciertos y preocupación. La médica de familia le recibe con escucha activa, mirada clínica y cercanía.
2. Cuando vuelves: una consulta de seguimiento. Hay conocimiento mutuo, seguimiento terapéutico y espacio compartido. El vínculo se ha tejido.
3. Cuando no vuelves: la médica ha acompañado al paciente hasta el final y lo despide en su domicilio. Refleja el duelo, la ausencia, pero también la permanencia del cuidado.

La continuidad asistencial no se enseña en libros, pero define nuestra práctica. Esta propuesta muestra cómo el valor de “estar” atraviesa el tiempo, la técnica y el vínculo. No somos médicos de un día, sino de una historia. Esta gráfica rinde homenaje a esa presencia callada que cambia vidas y sostiene el sistema.

Aplicable en formación de residentes y estudiantes, sesiones clínicas sobre longitudinalidad, duelo y relación médico-paciente. También adaptable a jornadas, redes sociales o materiales divulgativos donde se quiera mostrar qué significa realmente ser médico de familia.