13-14-15 de noviembre de 2025
Quisiera contar mi experiencia durante mi primera rotación hospitalaria apenas con tres meses de residencia. Cada día he aprendido a desarrollar pensamiento crítico ante un mundo apoyado en la inteligencia artificial y avalado por la necesidad de satisfacción inmediata, además de aprender de un sistema sanitario ajeno a mi formación universitaria.
No era partidaria de ser médico de familia al principio por la alta carga asistencial que me habían comentado ciertos compañeros de primera mano. Pero al transcurrir cada día en la residencia me doy cuenta de lo necesaria que es como primera línea de sostenibilidad del sistema y me parece que engloba un todo en vez de fraccionar por segmentos lo integral de cada paciente.
Los pacientes acuden a ti en busca de confort de toda índole, biopsicosocial y está en ti en reparar tratamientos y/o prevenciones.
En Latinoamerica se tiende a una consulta paternalista, con un paciente con poca capacidad de decisión bien sea por disminución de nivel sociocultural o por asumir la figura médica como una respuesta segura. Sin contar con falta de insumos en el ámbito público que dificultan el ejercicio para resolución de problemas.
Así que tener esta puesta en escena en mi día a día, donde tengo fundamentar muy bien en una relación bidireccional con los pacientes, además de tener posibilidades de recursos, me hace preguntarme e internalizar y siento que ello me lleva a no quedarme con un solo punto, sino valorar algo más flexible.