Mejorar la salud de la comunidad a través de la implementación de un programa de salud comunitaria.

A mi llegada a este pueblo «poco apreciado» sanitaria y socialmente, decidí que hacía falta un enfoque de salud comunitaria de manera urgente.

La colaboración de la concejala de bienestar social y salud del ayuntamiento fue clave, así como la posterior incorporación al «equipo» de técnicos de inclusión social. Juntos conseguimos realizar un diagnóstico de salud y social del municipio. Seguidamente, y gracias a los encuentros semanales de lo que posteriormente pasamos a llamar Grupo Motor de salud comunitaria, conseguimos realizar una mesa intersectorial de salud. Todo ello nos ha permitido llevar a cabo pequeñas acciones y colaboraciones con agentes locales para mejorar la salud de la población. Así como establecer una dinámica de análisis, acción y valoración de la salud de la comunidad, teniendo en cuenta los diferentes agentes relacionados con ella.

Los programas o aproximaciones de salud comunitaria son imprescindibles también en los pueblos.

Más aún si son pueblos que presentan una alta complejidad social y vulnerabilidad.

La colaboración y la motivación del Ayuntamiento es un factor clave.

La incorporación de técnicos formados en acción social es de gran ayuda.

La constitución de un grupo motor con encuentros frecuentes facilita la implementación del programa de salud comunitaria.

Consideramos que la experiencia aquí expuesta es repetible en otros pueblos de características similares.