Atención Primaria en medio rural.
AP: alzheimer avanzado, hipoacusia bilateral, portador de prótesis auditivas bilaterales.

Paciente de 76 años nos consulta en múltiples ocasiones por molestias tipo zumbido y malestar en oído izquierdo e incremento de su hipoacusia. Estas molestias le dificultan el descanso nocturno y no mejoran con analgesia. No fiebre ni otra sintomatología asociada. Exploración: BEG, afebril. Signo de trago negativo. Otoscopia: aumento de cerumen en CAE izquierdo. No tapón oclusivo. Misma reevaluación en siguientes visitas por demanda familiar.

Enfoque individual

Como una primera opción se decide descartar problemas con su prótesis auditiva por lo que acude a su centro de referencia para revisar el aparato y confirmar su correcto calibrado. Ante varios meses de persistencia de síntomas con repetidas visitas a consulta de su Médico de Familia se decide limpieza de CAE izquierdo para retirada de cerumen, con lo que hallamos pila oxidada de audífono envuelta en los restos de cera. Como resultado ceden las molestias del paciente de forma inmediata.

Enfoque familiar y comunitario

Se trata de un paciente con capacidad de comunicación muy reducida por su patología. La incomodidad estaba ocasionando agitación en casa con el consiguiente malestar familiar añadido.

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Diagnóstico: Cuerpo extraño en CAE izquierdo. DD: Tapón de cerumen, Otitis externa, Avance de su deterioro cognitivo. Problemas planteados: Demora del diagnóstico por 1. dificultad de comunicación del paciente debido a su patología de base, 2. interpretación familiar de la clínica como manías propias de su enfermedad, 3. limitación de tiempo en consulta para una adecuada anamnesis de este tipo de pacientes, 4. exploración anodina en repetidas otoscopias por su Médico de Familia.

Tratamiento y planes de actuación

Analgesia con paracetamol 650 mg y extracción de cerumen en oído izquierdo junto con cuerpo extraño.

Evolución

Las molestias desaparicieron y se vuelve a la situación basal del paciente.

Se nos hace aún más evidente la importancia de una buena anamnesis, interpretación de síntomas referidos y exploración física ante pacientes con deterioro cognitivo, así como la reevaluación periódica para mejorar en lo posible su calidad de vida.