Atención Primaria.

Hombre de 76 años remitido desde Urgencias Hospitalarias por inflamación y dolor de flexura en codo de dos semanas de evolución.

Enfoque individual

Antecedentes Personales: EPOC. Tumor carcinoide de pulmón (2012). Al explorarlo impresionaba de zona indurada pulsátil en flexura cubital. Se realizó ecografía clínica para filiar origen de la masa y en caso de que fuera vascular como se sospechaba identificar el territorio vascular afectado.  

Hallazgos ecográficos

Se observó un trombo que ocluía por completo la luz de parte de la vena basílica y mediana cubital a nivel de flexura (ver imágenes adjuntas). El resto de vascularización superficial y la totalidad del sistema profundo estaban respetados

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Ante una trombosis venosa, definir la afectación del territorio profundo en una extremidad o su limitación al territorio superficial es clave. Tanto el tratamiento como la pertinencia de realizar un estudio de coagulación (y de otras causas subyacentes en caso de que sea necesario) van a verse condicionados ante la aparición de trombos en el sistema profundo (en las extremidades superiores cubital, radial e interóseas de antebrazo, braquiales y axilar).

Tratamiento y planes de actuación

Se inició enoxaparina a dosis anticoagulantes derivando a Hematología para valorar estudio de trombofilia dado su antecedente oncológico. Hematología desestimó estudio al tratarse de una tromboflebitis superficial, indicando anticoagulación durante 3 meses.

Evolución

La evolución fue favorable hasta la retirada de heparina, momento en que recidivó el trombo. Se reinició tratamiento a dosis anticoagulante pendiente de estudio ambulatorio por nuestra parte. Dados sus antecedentes se planteó un posible estado de hipercoagulabilidad secundario a un proceso neoplásico subyacente (Síndrome de Trousseau). Se inició estudio de posible recidiva tumoral con TAC y analítica ambulatorias. Pendiente de resultado en el momento actual.

La ecografía clínica permite en este caso delimitar el alcance de la trombosis venosa, establecer la pauta de anticoagulación en duración y dosis lo más adecuadas posible y puede orientar en la pertinencia de iniciar un estudio adicional en pacientes con determinados contextos clínicos. En este caso ha permitido mantener una actitud más alerta con el paciente y monitorizar cualquier cambio de resolución y recidiva de la trombosis, prolongando la anticoagulación y pendiente de continuar su estudio.