Se trata de 2 pacientes atendidos por motivos de consulta diferentes y que durante la exploración física advertimos que tienen una lesión pigmentada en la espalda.

Enfoque individual

Varón de 48 años. Antecedentes de cardiopatía isquémica. Consulta por disnea de grandes esfuerzos desde hace 4 días. Cuando nos disponemos a auscultarle observamos que presenta una lesión pigmentada de unos 7 mm en escapula derecha. Explorado con dermatoscopio, encontramos estructuras sugestivas de lesión melanocitica con retículo asimétrico y pseudopodos periféricos. 

Mujer de 80 años. HTA en tratamiento medico, insuficiencia venosa crónica.  Acude a consulta por picor y enrojecimiento en miembros inferiores. Al ser verano viene con escote en la espalda y nos fijamos que presenta en el dorso una lesión pigmentada de 9 mm. En la dermatoscopia vemos datos de lesión melanocitica con retículo periférico y área grisácea, sugestiva de regresión y crisálidas en región central.

Al estar localizadas en la espalda ninguno de los 2 pacientes recuerda la lesión y por lo tanto no conocen el tiempo de evolución.

Enfoque familiar y comunitario

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

En ambos casos se observan caracteristicas dermatosocopias cuyo diagnostico diferencial sugiere la posiblidad de melanoma maligno. 

Tratamiento y planes de actuación

Evolución

Ambas lesiones son resecadas confirmándose mediante anatomía patológica el diagnostico de melanoma. 

En el caso del varón se trataba de melanoma de extensión superficial de 0,4 mm de espesor de Breslow, nivel III de Clark. 

En el caso de la mujer, melanoma in situ, intradérmico, tipo lentigo maligno. 

La visión global del médico de familia nos hace fijarnos en patologías que no tienen que ver con el motivo de consulta que trae el paciente. A veces esto nos ha llevado a diagnósticos inesperados, tempranos, que han permitido un tratamiento precoz y mejor evolución de la patología.