Adquirir mediante el juego conocimientos y una visión positiva y sana de la sexualidad, para tener unas prácticas sexuales seguras y prevenir las infecciones de transmisión sexual (ITS).

Muy extendido en entornos de ocio, el juego escape room ha llegado también a las aulas, con la intención de alcanzar los objetivos que se planifiquen en la materia de una manera motivadora para el alumnado. La educación sexual en el entorno escolar y desde los centros de salud es escasa y a menudo se realiza a partir del miedo a las infecciones y al embarazo, siendo poco valorada por los jóvenes.

Se ha realizado un taller de 2 horas de duración que trabaja la sexualidad desde una visión positiva y entretenida, sobre una sexualidad sana y prevención de ITS a partir de distintas pruebas que hay que ir superando, trabajando de forma cooperativa, pero también compitiendo entre equipos.

El juego consiste en dos kahoot y seis pruebas de enigmas encadenados:

1. ¿Quién soy? Identidades e interseccionalidad.
2. Amor romántico: mitos y realidades.
3. Iceberg de las violencias.
4. ¿Cómo soy? Anatomía de los genitales masculinos, femeninos e intersex.
5. Prevención de las ITS.
6. ¿Qué me gusta? Deseo y sexualidad.

En la actividad se trabajan también los distintos métodos de prevención de ITS y de higiene menstrual.

El componente lúdico, el trabajo en equipo y la competición suponen un plus en motivación para el aprendizaje.

La gamificación nos abre las puertas a nuevas maneras de aprender y formar también en el ámbito de la salud. En el campo de la medicina comunitaria, la educación sexual es un campo a abordar de manera positiva y divertida, alejándonos del mensaje de miedo o culpabilizador que no ha demostrado funcionar. Otra forma de hacer educación sexual es posible.